Hay una razón por la que hay personas que parecen fluir en lo que hacen.
No es suerte.
No es magia.
Es conocimiento específico.
Este término lo acuño Naval y lo describe así.
Una característica personal o situación que te posiciona naturalmente mejor que otros en un campo, y que no se puede adquirir fácilmente mediante esfuerzo común.
Es aquello que no se puede enseñar, pero sí se puede aprender.
No lo encuentras en un curso ni en una fórmula.
Es eso que se te da bien de forma natural. Lo que haces por gusto. Lo que otros ven como trabajo, pero para ti es juego. Y lo más importante: es irremplazable.
No puede automatizarse. No puede copiarse. Y casi siempre aparece cuando sigues tu curiosidad con obsesión.
Tom Brady, por ejemplo, no era el típico talento nato. No corría más rápido que nadie, ni lanzaba más fuerte. Fue elegido en el puesto 199 del draft de la NFL. Pero tenía algo que los ojeadores no sabían cómo medir: su capacidad de análisis.
Desde sus inicios en la NFL, Brady dedicaba horas a ver grabaciones de partidos. No porque alguien se lo exigiera, sino porque le fascinaba. En el documental Tom vs. Time, él mismo admite que pasaba entre 4 y 5 horas al día viendo jugadas, analizándolas una y otra vez. Lo describe como algo "casi relajante", como si en lugar de estudiar estuviera viendo su serie favorita… pero en cámara lenta y con cascos.
Mientras otros descansaban, él detectaba patrones, errores, detalles. No era un trabajo. Para él, era puro disfrute. Y ahí está la clave: nadie le enseñó a hacerlo.
Solo siguió su curiosidad con obsesión.
Eso es conocimiento específico. Y no se puede copiar.
Conocimiento específico = ADN + experiencias + curiosidad natural.
Descubrir eso requiere mirar hacia adentro. Hacer memoria.
Preguntarte.
¿Qué hacías de niño sin que nadie te lo pidiera?
¿Qué cosas disfrutabas tanto que se te olvidaba comer?
¿En qué momentos te sentías completamente tú?
¿Qué hacías que te salía tan natural que dabas por hecho que todos podían hacerlo?
¿Sobre qué temas podías hablar por horas sin aburrirte (ni aburrir)?
Esas pistas, aunque parezcan pequeñas, son brújulas. Te apuntan hacia eso que no se puede enseñar, pero que tú ya traías de fábrica.
Déjame contarte mi caso.
Mi conocimiento específico es: conocer al dedillo todas las piezas que hacen vender una formación online como churros
Es algo que se fue construyendo con los años, casi sin darme cuenta.
Desde los 16, mientras mis colegas salían de fiesta, yo prefería quedarme frente al ordenador montando negocios online.
Probando ideas. Creando páginas webs. Escribiendo contenido. Tratando de entender cómo funcionaba ese mundo donde cualquiera podía construir algo desde cero.
No era por dinero, era por pura curiosidad.
Pero donde forje mi conocimiento específico fue como primer empleado de NocodeHackers, donde durante más de 4 años lideré toda la estrategia de marketing digital y ayudé a escalar la academia desde dentro.
Facturando más de 500.000€ y conviertiéndonos en la mayor academia No-code de habla-hispana.
Y me di cuenta que vender formación online no es magia, es estrategia.
🎥 Después de años lanzando formaciones (y cometiendo errores), he condensado en 20 minutos cómo realmente lo están logrando quienes sí viven de su formación online en 2025.
Si quieres echarle un vistazo 👇
Hoy es un día especial porque nace Academias y tú eres el primero en saberlo.
Gracias por leer hasta aquí.
Si esta newsletter te ha hecho pensar sobre cuál es tu ventaja injusta, entonces ya ha valido la pena.
¡Nos vemos el próximo domingo! ☕️